in

La Curva de Aprendizaje enfocada en los Negocios Online

Como es la manera en la cual aprendemos y desaprendemos

La cultura en que vivimos considera que todo lo que hacemos lo hacemos de manera consciente, pero ello no es así, lo que mejor hacemos lo hacemos de manera inconsciente.

En este artículo pretendo demostrar 4 etapas esenciales por donde pasa la curva de aprendizaje «necesaria» para realizar acciones en forma correcta y con resultados óptimos. Si lees hasta el final te darás cuenta que te encuentras en alguna de las etapas o que ya has transitado algunas o todas.

Poder comprender con exactitud cada una de ellas, te dará la respuesta que esta buscando si en tu negocio no te va tan bien como pensabas.

Comencemos con las etapas, la misma se divide en:

Incompetencia inconsciente (I.I) 

Esta es la etapa del «No sé qué no sé»

No solamente no sabes hacer algo, sino que no sabes que no sabes. Por ejemplo, si nunca has tenido un negocio por internet, no tienes ni idea de lo que es.

Incompetencia consciente (I.C)

Esta es la etapa del «Sé qué no sé»

En esta etapa puedes decidir aprender o rechazar el aprendizaje. Si decides aprender, muy pronto descubres tus limitaciones: has visto un par de videos, leído algunos artículos sobre negocios en internet, has asistido a alguna conferencia online, y te fijas de forma consciente en todas las herramientas que necesitas: hosting, blog, e-mail marketing, en como coordinar todas ellas en un circuito de marketing. Haces algunas pruebas que requieren toda tu atención y sin embargo fallas en algunos procesos o no tienes resultados esperados. Todavía no eres competente y no puedes dominar el proceso y tu mujer, padre o madre te grita «deja de perder el tiempo en internet». Sin embargo es en esta etapa en la que más se aprende

Competencia consciente (C.C)

Esta es la etapa del «Sé qué sé»

Puedes poner en marcha un proyecto en internet, pero requiere toda tu atención; has aprendido la habilidad, pero todavía no la dominas. Es en esta fase cuando se producen abandonos y los fracasos en el aprendizaje ya que requiere, como apuntaba antes, atención y esfuerzo.

Competencia inconsciente (C.I)

Esta es la etapa del «No sé qué sé»

Finalmente, y es la finalidad del esfuerzo, tenemos la competencia inconsciente (C.I.). Todos esos pequeños patrones que has aprendido de forma tan concienzuda se armonizan en una suave unidad de conducta. Ahora ya puedes poner en marcha tu proyecto, estar seguro de lo que haces, conocer el mercado, ponerlo en piloto automatico y concentrar tu tiempo en actividades que te den mas dinero y a poner al «dinero a hacer dinero».

Tu parte consciente fija el objetivo y lo deja al inconsciente para que lo lleve a cabo, liberando tu atención para otras cosas. Es decir, has alcanzado el éxito en aquello en lo que te proponías.

¿Cómo entender cada una de las etapas?

En la primera etapa, no solamente no se sabe algo, sino que tampoco se sabe que no se sabe, luego, al hacerse consciente la ignorancia, comienza el aprendizaje. A partir de este momento se descubren las limitaciones.

Todo es difícil en esta etapa, pero es cuando más se aprende.

Al llegar a la competencia consciente se adquiere habilidad, pero no el dominio, que se dará en base a experiencias repetidas. En la última etapa, la de la competencia inconsciente, se incorpora todo aquello que tanto costó aprender. Allí la habilidad se hace automática porque ha quedado incorporada al inconsciente.

Si uno practica algo durante un tiempo suficiente, alcanzará esta cuarta etapa y creará hábitos.

En este punto la habilidad ejercitada se ha convertido en inconsciente. Sin embargo, puede ocurrir que los hábitos no sean los más efectivos para realizar esa tarea. Nuestros filtros pueden habernos hecho perder alguna información importante en nuestro camino hacia la competencia inconsciente.

La capacidad de desaprender para reaprender

¿Qué quiero decir con esto?, es difícil que un aprendizaje se produzca de una vez y para siempre. En un mundo en constante cambio, es común que los conocimientos que quizá costó tanto adquirir se vuelvan de pronto insuficientes o directamente obsoletos.

Cada vez se hace más necesaria la capacitación continua y la actualización. Aceptar esto implica una actitud flexible y humilde.

Supongamos que aprendimos a practicar un deporte que ejercitamos y creemos que lo hacemos bien. Sin embargo, puede ocurrir que un experto nos vea y nos anime a mejorar ese desempeño. Nos observa cómo es que lo hacemos habitualmente y detecta algunas fallas que no sabíamos que las teníamos. Nos dice cuales son y como corregirlas, por ejemplo modificar algunos movimientos, miradas, etc. y entonces caemos en la cuenta de que hay que cambiar algunas cosas.

Como ya teníamos una unidad de conducta compuesta de varias piezas y elementos, es necesario identificar estos elementos que ya no van a ir de acuerdo con la nueva habilidad y hay que reconstruir las piezas de conducta de modo que pueda mejorar el desempeño deseado.

Eso quiere decir que se dará marcha atrás en las etapas (o niveles) de aprendizaje hasta la incompetencia consciente y tendremos que desaprender antes de reaprender.

La principal razón de esto es la de construir nuevas opciones, modelos más efectivos.

  • Desaprender es ir del nivel 4 al nivel 2.
  • Reaprender es ir del 2 al 4, con más opciones.

Con el mayor desarrollo de nuestras capacidades sensoriales, podremos darnos cuenta si lo que estamos haciendo funciona bien o no. Si funciona bien, puede funcionar mejor.

El tener una sola vía para hacer las cosas es una forma de «ser cuadrado», rígido, limitado. Cuando no se acepta la posibilidad de que exista alguna otra opción. Eso es no tener alternativa. Las opciones lo ponen a uno en un dilema y a veces eso no nos gusta.Pero eso enriquece las posibilidades de poder contar con más recursos en el enfoque.

En cualquier situaci6n de la vida, aquella persona que disponga de más opciones a la hora de actuar y tenga mayor flexibilidad en el comportamiento, será la que conserve el control de la situación más ventajosamente.

Donde estoy, donde quiero estar

Parece injusto y sin embargo es cierto que aprendemos más de los errores que de los éxitos, en términos de que dan lugar a que pensemos (qué sucedió y cómo superarlo) la reflexión es la fuente rica en posibilidades de pensamiento.Nos da información útil en la que pasamos más tiempo pensando.

Eso no quiere decir, desde luego, que procuremos los errores, ni que de los éxitos no se aprenda, sino que cuando nos damos cuenta de que algo fallo, entonces descubrimos algo que no conocíamos conscientemente.

Rara vez obtenemos algo exitoso la primera vez, a menos que sea algo simple, incluso entonces, habrá posibilidades de mejora. «Aprendemos mediante aproximaciones sucesivas» es una aseveración cierta y aceptada en ciencia cuando se plantea el método de la investigación. Ello se concibe como una serie de bucles o acercamientos, que desde la primera mitad del siglo XX Lev Vigostki en la antigua URSS llamaba «los rodeos» al explicar el comportamiento infantil para quien estudia el aprendizaje.

Los niños hacen «tanteos» cuando están tratando de conocer la solución de un problema y su duración es muy variable, desde fases fugaces hasta más duraderas, dependiendo de la complejidad. Bueno, pues este fenómeno es algo que permanece a través de los años, matizado solamente por la edad.

Habitualmente hacemos lo que podemos (estado presente) y lo comparamos con lo que queremos (estado deseado). Esta información la empleamos para corregir nuestra nueva actuación y disminuir la distancia entre lo que deseamos y lo que obtenemos.

Poco a poco nos vamos acercando a nuestro objetivo (primero en mente) y a sus resultados. Esta comparación lleva nuestro aprendizaje de la incompetencia consciente a la competencia consciente.

Este es un modelo general de la forma en que se puede llegar a ser más eficaz en todo aquello que se haga en la vida. Uno compara lo que tiene con lo que quiere, cómo se es y cómo se quiere ser. Y actúa para reducir la diferencia. Luego vuelve a comparar. La comparación debe basarse en lo que se considera valioso: qué es lo importante para uno en esa situación.

Modelo TOTE

Para entender mejor la idea del bucle vamos al ejemplo de que tengamos que hacer algún escrito (una carta, un resumen, un ensayo, etc.) y entonces empezamos y luego corregimos y se vuelve a empezar. Puede suceder que se nos pase el tiempo modificando y corrigiendo ya que al transcurrir este vamos sabiendo más o teniendo elementos nuevos que incluir y nunca termina la obra pues se fue el tiempo en esas modificaciones: dando vueltas, sin avanzar, tratando de conseguir algo perfecto que acaba por no ocurrir.

Es necesario saber que uno se acerca al modelo ideal o idóneo, por aproximaciones, para no caer en una trampa que impida la culminación de una tarea. Hay que corregir lo mejorable, desde luego, y entonces pasar al siguiente momento: valorar, ponderar los cambios y salir.

Este modelo que como vimos se conoce con el nombre de TOTE explica cuándo debemos salir del bucle: cuando nuestro objetivo se ha cumplido razonablemente.

En resumen el Modelo TOTE se compone por:

Test: visualizar mentalmente nuestro deseo o estado ideal y poder compararlo con nuestro estado presente.
Operate: actuar cambiando cualquier aspecto que sea necesario para acercarnos a nuestra meta o estado ideal.
Test: comparar los resultados obtenidos, después de hacer cualquier operación, con el estado ideal (meta).
Exit: si una vez realizada la prueba hemos conseguido hacer coincidir los dos estados, actual e ideal, hemos conseguido la meta.

Dicho modelo tiene como objetivo conseguir la congruencia entre el estado actual y el ideal.

Claro que el éxito depende del número de opciones de comprobación de que se disponga: la flexibilidad de conductas, variedad de requisitos conocidos, y otros más que vayamos identificando. Porque mientras más elementos tengamos se podrá facilitar la articulación del proceso en diversas situaciones.

De este modo, el viaje que hacemos del estado actual hacia el estado deseado, no tendrá forma de zigzag, sino de espirales.

Hay que mencionar que es probable que haya bucles menores dentro de un bucle mayor, que son correlatos de objetivos menores que podemos alcanzar dentro del alcance de un logro mayor.

En este modelo de aprendizaje es que se contextualiza la utilidad de los errores puesto que son resultados que uno no quiere y pueden emplearse como información ventajosa que nos da noticia (que desconocíamos) del fenómeno para acercamos más al objetivo, resultado o logro esperado.

Habitualmente a los niños se les enseñan muchos contenidos en la escuela y que olvidan la mayor parte de esos temas. Mientras el esquema educativo no atienda él como aprender. Aquí cobra importancia las diferencia entre la información y el conocimiento, ya que no puede verse el proceso educativo como una transmisión de conocimientos del maestro al alumno (del recipiente lleno al recipiente vacio), sino como una interacción en la que el maestro facilite que el alumno aprenda, no como algo que se prescribe («inyectar») sino como una alquimia en la que se inicia al aprendiz a que él mismo recorra el camino de su propio conocimiento.

El maestro es el guía, pero no puede hacer el viaje por el otro, sino que hacen juntos el viaje. Aprender a aprender es una habilidad de nivel superior respecto a aprender solamente un asunto particular en un medio o hábito.

Eso de que «yo solo sé hacer esto y eso…» es el resultado de una formación histórica (en lo individual y en lo colectivo) que da como resultado el carácter reduccionista y rasgo excluyente que en ocasiones vemos en el perfil conductual de las personas (profesional, laboral, social, etc.)

Una manera rápida y efectiva de aprender es optimizando nuestra percepción.

Se cree de modo generalizado que aprender y cambiar son procesos lentos y dolorosos, de mucho trabajo. Eso, se nos ha grabado como cierto y es una falacia.

¿Retroalimentación positiva o retroalimentación negativa?

Cuando nos encontramos en incompetencia consciente (IC), necesitamos la creencia de que podemos aprenderlo. Durante la fase de competencia consciente (CC), la creencia de que podemos aprender nos motiva para que los comportamientos durante el proceso de aprendizaje sean efectivos.

Pero existe una retroalimentación permanente entre las creencias y esas conductas. Si fracaso en algún intento, la creencia se desvanece. Y si la creencia se desvanece, entonces las conductas también. Y de esta forma podemos llegar a entrar en un ciclo de retroalimentación hacia el fracaso.

Lo que debemos hacer es, entender que si una conducta no se dio como esperábamos, es un aprendizaje y de esta forma reforzar nuestra creencia para que refuerce nuestras próximas conductas. De esta forma invertimos el ciclo de retroalimentación hacia el lado positivo.

Realmente espero que haya válido la pena este artículo y te haya hecho reflexionar, por favor dejame un comentario para continuar la discución.

Este artículo esta basado en el modelo de aprendizaje vicario desarrollado de manera formal por el psicólogo Albert Bandura.

Report

Participant

Escrito por Diego Del Pizzo

Diego Del Pizzo es Chief Marketing Officer de EmprendeTU dentro de sus actividades diarias es responsable de supervisar la planificación, desarrollo y ejecución de las iniciativas de marketing y publicidad de la empresa. Es un apasionado de los negocios online y también de las leyes. Luego de haber incursionado en la carrera de administración de empresas se encuentra estudiando la carrera de abogacía en la Universidad de La Matanza (Argentina).

Comments

Leave a Reply

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Loading…

0

Comments

0 comments